El reciente ataque cibernético que impactó al proveedor IFX y, a su vez, a numerosas instituciones gubernamentales, ha puesto de manifiesto la crítica situación de ciberseguridad que enfrenta Colombia en la actualidad. Nos enfrentamos al mayor desafío en este ámbito de los últimos años, lo que nos plantea una pregunta crucial: ¿cómo podemos abordar este desafío y proteger nuestra infraestructura digital?

El ataque, que paralizó la rama judicial y afectó la prestación de servicios de salud, entre otros, nos ha introducido a términos técnicos como ransomware, revelando la vulnerabilidad de nuestras bases de datos estatales ante ciberdelincuentes. Esta experiencia nos deja en claro que nuestra dependencia de los sistemas informáticos y la creciente amenaza de ciberdelitos son los principales desafíos digitales que enfrenta nuestra nación.

Una de las debilidades fundamentales radica en nuestra institucionalidad, que no cuenta con entidades robustas, coordinadas y eficientes para enfrentar estas organizaciones criminales. Aunque existen políticas y actos administrativos para fortalecer la ciberseguridad, carecemos de una estrategia nacional integral y coordinada para prevenir y enfrentar estos crímenes de manera oportuna y efectiva.

La lección más importante que extraemos de este ataque es la necesidad urgente de contar con una estrategia nacional de ciberseguridad sólida, técnica y perfectamente coordinada entre las entidades gubernamentales. Esto implica desarrollar un marco normativo que incluya una profunda reforma de las instituciones digitales del Estado.

En este sentido, es crucial repensar nuestra estrategia de gobierno digital. Este incidente no debe detener la migración de datos hacia la nube, pero sí nos brinda la oportunidad de fortalecer los requisitos técnicos para la contratación de estos servicios en el sector público.

Además, es imperativo fortalecer la cultura de prevención digital, capacitando a los funcionarios públicos y elevando los estándares de los proveedores tecnológicos en el sector privado. Debemos también promover una cultura de prevención multinivel entre los ciudadanos para que comprendan la importancia de proteger la información y los activos digitales de nuestra sociedad.

La creación de una Agencia de Seguridad Digital es una iniciativa valiosa, pero es esencial que este esfuerzo no se convierta en un pulso político, sino en un espacio para desarrollar una política digital amplia y efectiva. Asimismo, debemos considerar reformar el Ministerio de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (MinTIC) para establecer un viceministerio de gobierno digital con recursos técnicos y humanos para diseñar políticas de ciberseguridad.

Es hora de unir fuerzas, reformar nuestras instituciones y preparar a nuestra sociedad para afrontar los riesgos cibernéticos. Nos encontramos en un momento crítico en el que la dependencia de los medios y servicios digitales es total. Todos tenemos la responsabilidad de trabajar juntos para proteger nuestra infraestructura digital y garantizar un futuro seguro y próspero para todos los colombianos.